Él, él y él.

Hoy pensaba tres cosas.
Que estoy demasiado ocupada mentalmente y eso no me trae ningún beneficio.

Es: 

1. Pienso mucho en él. En "él", el que me da la hora, pero no la intención de responderme con el mismo propósito. Propósito del cual, no hablamos sólo de "la hora".

2. También pienso en el otro él. Ese "él" que está ahí. Que me da la hora.. pero no la hora que le pido, me da otra. Me lo dice en un tono agradable y me contesta a tiempo, me responde mirándome a los ojos pero yo no me siento tan convencida. Su manera de contestarme me agrada, pero no me llena, ni me llega. 

3. Y por supuesto, en mi cabeza también aparece invisible pero vivo, el tercer "él". Este es un "él" especial, porque no es ni el 1 ni el 2. Claramente, es el 3. Es el "él" que todavía no llega, el que tiene características del 1 y del 2. Y más. Pero pienso tanto en el 1, que no dejo que el 2 me de la hora que quiera darme o bien, se da cuenta sólo que yo no le doy la hora que él espera que le de y en fin, enmarañado en sus pensamientos, se aleja de mí unos centímetros. Sólo algunos, porque para mi conciencia, yo SÉ que está ahí. PERO tampoco le doy al 3 el lugar de aparecer en mi vida si todos mis pensamientos van a ocupar el lugar del 1. 

Entonces, queda fuera el "él 1", por ser inalcanzable, por aceptar en mí que huyo por temor a su respuesta. 
También queda fuera el "él 2" que me parece que se aleja ofendido por estar y no ser bien tratado.
Y por último, el "él 3" ahí queda... flotando en el aire. Esperando que de mi puedan desalojarse todos los miedos y temores. Todas las fantasías y utopías absurdas. Y que al fin pueda poner los pies en la tierra. 

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