Fucking amor.
<<Yo le gusto por ser -disculpá flaco- imposible. Andá a cagar, ni siendo directa te das cuenta de las cosas, PELOTUDO .>> Pensó. Y se acomodó en la silla de cuero sintético casi rota. Casi tan rota como sus pensamientos pobres, "casi" de mierdas totales. No veía las horas de terminar las horas que le quedaban e irse, aunque cuando por fin estaba en su casa, tirada viendo alguna de las novelas pedorras o los reality shows basura que pasaban por la tele y vaciándose la caja de cigarrillos encima del colchón y con un vaso de whisky en la otra mano, se quejaba de no hacer nada, de ser nadie, pensando conscientemente que con el trabajo de mierda y su rutina vaga no llegaría a ningún lado. Sabe de esto y sabe de su tremenda e inevitable vagancia. Y mientras continua dejando pasar sus interminables horas de trabajo, papeles llenos de letras y números que ni le interesan, cafés amargos, garabatos desprolijos sin sentido alguno y lapiceras desparramadas por el escritor