Entradas

Emocionarse no es sinónimo de llorar

Emocionarse no es sinónimo de llorar.  Soy una persona sensible y la frase "lloro por todo" me identifica. La noche de mi casamiento disfruté todo desde el momento que inició el día, y pensaba, bueno no, en realidad estaba segura de que iba a llorar toda la ceremonia, pero no fue así. Al día siguiente de mi boda, que fue espectacular, me sentí enojada conmigo, me reproché internamente no haber llorado en un evento como tal. Sin embargo sí sentí emoción, sí estuve en ese presente, sí viví ese sueño como una realidad. ¿Qué pasó entonces? 7 días reflexionando sobre el asunto me llevaron a pensar que esa noche, inconscientemente generé un mecanismo de protección que dio prioridad al disfrute, a la comunicación clara y concisa, a la expresión de mi voz con fuerza, coherencia y dulzura, a una respiración aquietada, y a mantener los pies en la tierra, más precisamente junto a los de mi reciente esposo. Y en una charla cotidiana en la cocina, mientras él preparaba milanesas y yo lava
 Se dice que cuando hay tormentas... no hay que salir de casa. Pero hay que salir corriendo a levantar la ropa. Se dice que cuando hay tormentas... eléctricas, sobre todo, hay que desenchufar la compu, el tele y lo que sea que esté conectado porque se puede cortar la luz y provocar un cortocircuito. Se dice que cuando hay tormentas, hay que meterse a la cama, ver una serie con audífonos y comer chocolate o helado, con unas medias altas hasta la rodilla y el pelo hecho un desorden, total, cuando hay tormentas, si nos quedamos dentro de casa, nadie nos ve.  Se dice que cuando hay tormentas, los sentimientos guardados son los primeros en salir a buscarte.  Yo digo que cuando hay tormentas, mis recuerdos saben donde encontrARTE.  Marti Esparza

Something about us

🔉 🎶 Reproducir antes de empezar la lectura  Algo pasó. Sentí esa distancia consumiéndonos a cada paso del tiempo.  La verdad nunca un mensaje me había sido tan claro. Hasta me pareció oír el sonido de su corazón quebrándose desde aquí. Pero no me atreví a volver. Pensé en Hades, si vuelvo, muero.  Pero si ya no te tengo, ¿He muerto?.  Si ya no cuento con tus alas despojadas sobre mi al alba, entonces ya no vivo aquí. Sabía que el portal se abriría en algún momento, que tendría que partir, pero desconocía cuándo. Viví con gloria, con intensidad. Y no pensé que doliera tanto la despedida de esta dimensión en la que creemos habitar como si fuera única. Tenía la idea fija de que el traspaso era sencillo. Tanto como respirar profundo abrazado a un árbol. O como caminar paso a paso de casa al trabajo. O como sentirme importante por un ascenso, o con alta motivación por tener un título bajo el brazo. Pero aquellas eran ideas absurdas y terrenales, que guardé en mi memoria para recordarme co

El compromiso del DJ

Por lo general el mejor tema sonaba al final de la noche, como quien escucha un 'Te amo' de Axel llegando al cierre de unos 15s del 2010, cuando empiezan a prender las luces y te dan a entender que hay que ir cerrando la velada.  Para ellas dos, aunque significara el fin de un nuevo encuentro, este era su momento preferido. Las primeras notas anunciaban que el DJ se estaba despidiendo, pero que fiel a su compromiso con la gente, dejaría el tema sonar hasta el final. Para que tanto las protagonistas de un amor prohibido, como el resto de los presentes, pudieran disfrutar de su estadía en el antro ubicado en pleno centro de la ciudad por unos instantes más, antes de que las luces se enciendan, y que el sol termine de amanecer en Córdoba.  Martie - (iluminada por mercurio retrógrado)

Summertime sadness

 Enero, 2015, Villa Carlos Paz. [Contexto: La juventud, el turismo, los autos de Molino Rojo, Zebra Club, Keops, o Khalama paseando por las calles de la villa con la música a todo volumen y entregando promociones de esa noche en cada esquina. Los bares colmados de gente, algunos que recién llegan y sólo vienen a bailar y volverse a eso de las 10 cuando cierran las puertas del boliche y abren las del Disco al frente del lago San Roque, ideal para pasar todo el alcohol que hay en el cuerpo con una Cindor o un Ades, mientras entrás al super de shortcito corto y top negro, y los empleados recién empiezan a trabajar sabiendo que después del desayuno te vas a dormir tremenda siesta de dos días.] La noche llegaba a su fin para nosotros. Desde que nos juntamos con mi amiga y su nuevo amor de verano en Avenida San Martín y Belgrano, ya habían pasado unas cuatro horas. Detrás de las montañas la oscuridad del cielo comenzaba a tornarse rosada.  Vos habías conducido hasta Alvear y Alberdi, la esqu

Vivir dos veces

Imagen
 ¿Alguna vez te has apegado tanto a una canción desconocida, que al escucharla por primera vez has sentido que en realidad la conocías de antes, y te has aprendido la letra para cantarla hasta las lágrimas sin saber por qué? ¿Alguna vez te has preguntado por qué una obra de arte te atrae tanto la atención, si en realidad no la conocías, pero las escenas pintadas en esos cuadros te parecen realmente familiares?  ¿Alguna vez tuviste la sensación de que parte de la realidad que vives es un recuerdo de una experiencia similar que ya viviste?  ¿Alguna vez te cruzaste con alguien en la calle, sintiendo en una extraña conexión, como si ya supieras quién era, pero en realidad nunca la viste en tu vida?  ¿Alguna vez despertaste de un sueño tan real que te dejó días pensando?  ¿Y si los sueños son dimensiones paralelas en las que, dependiendo nuestro nivel de conciencia, apertura mental y evolución emocional, podemos acceder a revivir experiencias de otras vidas, de otros tiempos: pasado, futuro

El mundo no cambiará

Imagen
Meli me había acompañado  a las mesas, me pidió algunas hojas que tuviera sin uso para envolver su paquete, ella no se había enamorado de nadie como sí lo hizo Sofi, pero sí hizo algunos amigos importantes a los que volvería a ver de aquí a un tiempo cuando viaje con Work and Travel.  Caminamos hasta la salida del comedor universitario, a unas dos cuadras de la residencia donde paramos estos casi 15 días junto a nuestro equipo argentino y los de Uruguay, Brasil, Guatemala, Chile y Colombia. Nos sentamos en unas mesitas de madera y cemento, ahí nos reuníamos con el resto a practicar y conversábamos sobre las charlas. Esas mesas quedaban a la salida del gran Comedor Universitario, que era inmenso y al fondo tenía un escenario y un telón rojo, con luces, para los 'bailes' de fin de año, pensaba yo. Saliendo del SUM hacia la derecha había una plaza hermosa, muy bien mantenida y con canteros llenos de flores hermosas que no había visto jamás. Por supuesto que ya había tomado varias