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Drama Pasional

19/05/2015  Ya nada parecía tener sentido. Todo se veía tan diferente a aquellas... primeras veces. Yo estaba enojada, sacada, apenada, confusa. Y en ese momento dudaba de todo el amor del mundo que nos habíamos prometido. Últimamente las cosas se han puesto jodidas y difíciles, y aún hasta ahora, desconozco el por qué.  Estamos discutiendo  hace cuarenta minutos. Él me mira con los mismos ojos que hace un par de años se encontraron sin querer con los míos, en un mismo instante, en el mismo lugar. Como si alguien nos hubiera puesto ahí a propósito. A propósito sí, fue obra del destino enamorarnos. Y todo lo que siguió fue mágico. Siempre hallé serenidad y armonía en esos ojos... Pero ahora estaban enojados, furiosos, no me encuentro en ellos, no me reflejo, no siento ni un poco de armonía o serenidad, tampoco encuentro el amor en ellos, sino el miedo. Lo sé porque yo también tengo miedo.  Él me grita, llora, yo lloro, le contesto, grito. Le digo lo que pienso, todo, tod

Y & M

Estoy enamorada, lo vi venir desde un principio y no era tan consciente de esto que hoy siento. Me preguntan "¿Qué es el amor?" o qué siento y.. no sé, estoy enamorada! Siento lo que vivo, vivo lo que siento! siento al amor en mí y a la vez siento cómo se expande en el universo magníficamente infinito. ¡Estoy enamorada! ¡Sí, es lo que siento! Se siente por dentro y se siente por fuera. Y tal vez mezcle mis palabras y conceptos, juegue con las ideas y los sentimientos... porque lo que se mueve dentro de mí cada vez que te pienso, la voltereta que da mi corazón cuando estás cerca, y el revoloteo feliz de mi alma cuando la tuya la toma por su esencia... no es algo claro y concreto de definir -para ojos e idea de otros- y ay! que alegre y feliz que me pongo de poder compartir este sentimiento incorpóreo, abstracto a los ojos de los demás y tan real para nosotros.

En círculos.

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Oh... Qué lástima. Mañana hay paro nacional y no hay ni colectivos, ni taxis, ni helicópteros, ni aviones, ni espacio tranquilo en las calles vacías de autos que nos permita encontrarnos. Aunque sea sólo una hora. Ni tampoco habrá gente contenta. Todos van a estar enojados, de hecho lo están. La mamá porque las hijas no tienen clase y van a estar todo el día al pedo en su casa viciando con los celulares, el papá porque no hay colectivos funcionando que lo lleven hasta su negocio ni tampoco espacio entre las calles, todo va a estar congestionado, embotellado, super transitado. Todos van a  querer llegar a horario en cuanto puedan. A sus trabajos, al colegio y facultad los que tienen clases, al gimnasio, a la manifestación. ¿Se va a hacer?. No importa. No me importa la manifestación. No me importan los docentes, los laburantes del centro, los choferes, los tacheros, los autos pegados unos a otros en las calles de Córdoba.  Lo único que me importa sos vos. Vos y tu sonrisa tan especial

Siempre estará - versión publicada en Revista universitaria de la ECI "El ancla"

Corría el año 1976, como todos los años, la Escuela de Ciencias de la Información recibía nuevos alumnos. No era una época fácil para la Argentina y Córdoba no era la excepción. Sin embargo, la vida seguía pasando. Dos estudiantes de la escuelita se habían conocido ese mismo año, Fátima y Nicolás. Ella, de 18 años de edad, era hija de un militar; una joven preciosa, cariñosa y con una atrayente sonrisa. Con la misma edad, el venia de una familia humilde, un pelilargo con ideas locas y revolucionarias que amaba tocar la guitarra. El 24 de marzo del mismo año se anuncio que la Junta de Comandantes asumía el gobierno del país. La sociedad se volvió un caos, se impulsó la persecución, el secuestro y asesinato de manera secreta de personas con alguna ideología política, religiosa o revolucionaria que no coincidiera con las ideas de los militares en el gobierno, se intervinieron y cerraron facultades, así también la ECI.  A pesar de que ya no tenían un lugar donde verse, Fátima y Nicol

Losing My Religion versión desechada

Tenía 17 años cuando decidimos ir por caminos diferentes.  Él estaba empezando a perder su religión. Yo la mía, pero igual lo amaba. Él también me amaba, sin embargo, ir perdiendo su religión lo hacía sentir débil. Débil y culpable.  Pensaba que su amor podía ser más fuerte que cualquier cosa, pero me equivoqué. ¿Qué es la libertad para vos, Marti? Me preguntó una tarde, sentado frente a mi en uno de los escalones que subían a mi terraza.  Libertad... Maldita libertad que tanto miedo me has provocado. Libertad... Maldita responsabilidad has depositado en mis manos. Libertad... Maldita seas, por quitarme al amor. Amor que era esclavo de su religión, esclavo de su decisión y elección al amor. Maldito seas, que preferiste elegirla a ella y no a mí. Yo, en cambio, la habría dejado perder por tí. https://www.youtube.com/watch?v=xwtdhWltSIg En situaciones como estas me he sentido siempre una ilusa. 

Mirar y sonreír.

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Algunas veces me descubro sonriéndome a mi misma, caminando  por las calles de Buenos Aires con una cámara profesional colgando del cuello y una pequeña mochila de cuero en la que llevo todas esas cosas que me pertenecen. Me encanta sacar fotos y qué feliz me hace. Editarlas es lo más lindo. De vez en cuando prefiero dejarlas así como están, sin embargo, en otras ocasiones me parece divertido crear visiones diferentes del objeto real. Buenos Aires es una ciudad muy transitada. Es la capital del país donde nací, la que me acompañó en mis estudios hasta el momento de partir a Madrid. Argentina es un lindo lugar y, sí, es verdad eso de que las mujeres más hermosas son las argentinas y también es verdad que la gente es mucho más carismática. Sonrío cada vez que camino por La Boca. Vine aquí cuando tenía trece años. A los nueve también, pero aquellos recuerdos ya se han borrado de mi mente. ¡Aquellos conventillos tienen tantas historias para contar y yo, yo que amo las historias! Ahor

Sensaciones

Era algo así como el amor. Yo no sé donde estaba, pero estaba en mi habitación. Es decir, no sé en qué momento de mi vida estaba pasando. Me sentía neutral.  En mi casa había gente y se escuchaba el himno nacional argentino a todo volumen. Desde mi cama podía ver el reflejo de la luna en mi patio, todo se veía muy, muy blanco. Sonreí. Estiré el brazo derecho hacia mi escritorio buscando mi celular, cuando lo agarré para sacar una foto a tal belleza, el reflejo que veía desapareció.  <<Otra vez>>, dije para mis adentros. Ya me había pasado una vez en un sueño, eso de ver desaparecer a la luna y correrla hasta encontrarla en la ventana de la escalera que va a la terraza. Como si fuera a vivir lo mismo, me levanté de la cama, me puse las zapatillas y salí al patio. No estaba más. Busqué las llaves y salí de mi casa.  Corría por la cañada. Se veía hermosa, más que nunca. No había mucha gente en la calle pero yo corría en su contra como si buscara algo, estaba muy apura

Se parece a mí

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Juró no hablar de su pasado ahora que empieza una nueva etapa de su camino por la vida; sin embargo, hay un pensamiento que ha pasado por su cabeza un par de veces y esta mañana la vi escribiéndolo en un papel.  En él, comparaba su sentimiento de ahora con el que brotaba de sí cuando tenía a penas dieciséis años y ¿empezaba? a vivir del amor: Recién se conocían, todo parecía ir muy rápido -para el resto, para la educación y las ideas de la sociedad implantadas en ella-, pero por cada día que pasaba, por cada semana desde que él la hizo sonreír por primera vez, su vida se iba llenando de luz y felicidad. Decidió dejarse llevar y lo que siguió luego fue hermoso. Ahora un recuerdo que lleva consigo.  Dobló ese papelito escrito y lo tiró por la ventana para que se lo lleve el viento. Ya está, lo tenía que escribir para quitárselo de encima. Después de suspirar, se promete más confianza en sí misma. Observa cómo se aleja su escrito al mismo tiempo que sonríe. Como siempre, sonríe. A

Miradas I

Volviendo a casa después de la escuela me di cuenta que no había traído los auriculares y me puse de mal humor, encima, me quedé sin batería y también había olvidado el cargador. Caminé las primeras dos cuadras, mirando el suelo y pensando que era una tonta y que no podría soportar caminar diez cuadras más sin escuchar música, o chatear con mis amigos en el grupo, o ver que están haciendo, mandarme audios o simplemente twittear que olvidé los auriculares y así empieza mi día de mierda. Tenía ganas de teletransportarme a mi habitación, tirarme en la cama con el celu cargando y ponerme a escuchar música desde la compu; sin embargo, por primera vez en tanto tiempo, el ruido de la calle me distrajo. No me acordaba cuando fue la última vez que le presté tanta atención a los autos y a la gente como lo estaba haciendo ahora. Hasta los pájaros... ¡¡Pájaros cantando había!! Me parecía raro no tener nada entre las manos y tambien me costó dejar de “retarme” todo el tiempo por no haber cargado

Sólo pasajeros

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Tomar decisiones en la vida implica dejar ir ciertas cosas para darle lugar a otras. Hoy veía fotos de lugares a los que fui y personas con las que compartí momentos únicos y divertidos y me invadió un sentimiento que si bien no era nostalgia, intentaba serlo. Y me gusta sí, pensar, que esas personas estuvieron en esos momentos lindos y que fui feliz como se dieron las cosas, y que si ahora no están, no es porque sean unos colgados o porque se hayan borrado, sino porque simplemente eran pasajeros y nada más. A veces (me voy a ir por las ramas con este comentario) pienso que el uso de las tecnologías de comunicación no sirven y van en contra de la ley de la vida, de la naturaleza, más allá de que no sirven para hablarse cara a cara, sino que uno busca encontrarse con el otro a través de una red. Buscás atar a esa persona a tu vida, a volverla a ver por tu medio o por el suyo, no dejás que fluya.. y es difícil, pero así debería ser. Miles de veces me encontré con "pasajeros"

Él, él y él.

Hoy pensaba tres cosas. Que estoy demasiado ocupada mentalmente y eso no me trae ningún beneficio. Es:  1. Pienso mucho en él. En "él", el que me da la hora, pero no la intención de responderme con el mismo propósito. Propósito del cual, no hablamos sólo de "la hora". 2. También pienso en el otro él. Ese "él" que está ahí. Que me da la hora.. pero no la hora que le pido, me da otra. Me lo dice en un tono agradable y me contesta a tiempo, me responde mirándome a los ojos pero yo no me siento tan convencida. Su manera de contestarme me agrada, pero no me llena, ni me llega.  3. Y por supuesto, en mi cabeza también aparece invisible pero vivo, el tercer "él". Este es un "él" especial, porque no es ni el 1 ni el 2. Claramente, es el 3. Es el "él" que todavía no llega, el que tiene características del 1 y del 2. Y más. Pero pienso tanto en el 1, que no dejo que el 2 me de la hora que quiera darme o bien, se da cue