¿Cómo será mi cara triste?

Me pregunto cómo será mi cara triste. Veinte años de los cuales dieciocho me los pasé dibujando caritas felices, tristes, enojadas. En el jardín me enseñaron qué significa cada una y en el transcurso de mi vida aprendí a ver a esas caras en otras personas, y con esas expresiones aprendí su significado, sus consecuencias, y sus causas... Pero jamás me pregunté cómo se vería esa expresión en mí. Jamás me imaginé cómo me verían los demás cuando yo esté utilizando esas caras.
La verdad es que por dentro se siente horrible, pero no viene al caso. Me sigo preguntando cómo será mi cara triste. Mientras camino al trabajo, siento que llueve, pero no está lloviendo, en realidad es otra expresión que ademas de mi cara que aun no sé cómo es, da cuenta de cómo me siento.
Me pongo los lentes de sol, porque contacto visual es lo que menos quiero hacer en este momento. No puedo dejar que me miren, porque una mirada sobre mí a la que yo responda, ya me quiebra en llanto otra vez. Estoy tan frágil.... Hoy no siento ánimos de hablar con nadie, pero tengo veinte y trabajo. Y no puedo pedir el día a mi jefe sólo por algo personal que me pasa. Afrontar y dejar pasar, afrontar y liberar, dejar ir, let it be.
Me gustaría sólo tenerlo cerca y regalarle un abrazo. Y que a la vez, alguien me regale uno a mí.
En el local no paraban de entrar clientes. Y yo les agradecía por dentro que lo hicieran, era como si supieran que estaba mal y quisieran lograr que piense en otra cosa. Mientras pensaba en todo esto, dejó de venir gente y entró un cliente conocido, casi amigo de mi jefe. Lo saludé amablemente. 
Pensaba en qué es lo que vendrá después de esto. Estaba bajoneada y hasta había perdido las ganas de ir al recital el fin de semana. Ni siquiera quería salir con las chicas. No quería nada. Ni nadie. En eso...
-¿Qué te pasa..? ¿Estás bien?
El cliente. Me sorprendió que me lo preguntara, nos conocemos de todos los días, pero hoy a pesar de que me sentía afligida, había estado usando la ''máscara'' de la empleada simpática, creía que lo estaba disimulando bien.
-Eh? S..sí, sí.. un poco de congestión...
-Se te nota mal, tenes la mirada triste. ¿Pasó algo?
-(Tengo la mirada triste. Se dio cuenta. ¿Cómo se dio cuenta?) Eh.. no bueno, pasa que... falleció un familiar de un amigo y... (mentí un poco la información, a nadie tiene que importarle la verdadera razón, más que a mí) encima estoy resfriada... Estuve llorando y bueno...
-Sí, entiendo, son cosas que llegan.
-¿Se nota mucho?
-Sí, te pregunté porque tenés cara de estar triste, pero bueno, con el tiempo...
-Sí, el tiempo va a mejorar...

Espero. ¿O no? No sé si esperar, pero no quiero pensar en nada ni en nadie. Hoy no me siento para nadie. Ni siquiera para mí. 

De algo si estoy segura, tengo que dejar de pensar ciertas cosas.

Subí al baño, cerré la puerta, lloré y me miré al espejo...

Así es como me siento cuando estoy triste... Así siento los ojos: Como dos aureolas gigantes, como dos bolas de cristal frágiles que amenazan con romperse cada vez que lloro un poco más...


Otra vez yo... esto de no ser Penélope no está tan bueno. 

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