Un tóxico amor
Mientras su mirada se mantenía firme hacia mí, el dolor físico parecía desaparecer.
Él estaba de novio, yo también. Vivíamos separados por un puente, que dividía nuestros pueblos. Yo lo conocía por la facultad. Estudiábamos la misma carrera, nos cruzábamos en los pasillos a diario, en el hall central, en el comedor, sin embargo para él yo no existía. Ni antes, ni después, ni nunca. Él dice que lo hacía para protegerme desde afuera, y yo le creía, porque estaba segura de que lo hacía por amor.
Su novia era diseñadora de indumentarias, Camila. Tenía su propio local en un pueblo cercano al mío...
continuará.
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